Ayer leí en el periódico deportivo que más vende en este país, que Luis Aragonés convocaría a Bojan Krkic para jugar ante Francia el próximo 6 de febrero en partido amistoso. Bojan (28/08/1990), no han visto mal, 17 años, es un gran jugador, aunque todavía no esté lo suficientemente maduro como para salir del horno. Descarado, inteligente y atrevido cuando el resto se esconde bajo las piedras, siempre está dispuesto a dejar su clase, y también su protagonismo. Alma de las selecciones nacionales inferiores como por ejemplo en el Mundial Sub-17 del año pasado o su debut con la Sub-21 gracias a Iñaki Sáez ha provocado que ahora estemos frotándonos las manos por verle saltar al césped al lado de Cesc, Iniesta, Sergio Ramos, Villa o Torres. Bojan tiene calidad de sobra para hacerlo y para hacerlo bien. Su cambio de ritmo, pegada y capacidad de desmarcarse le hacen importante en su equipo, a pesar de que Rijkaard sea cauto y no quiera darle más minutos de los que les corresponden por edad y responsabilidad. Estamos hartos de descubrir nuevos talentos en otros países: Walcott, Banega, Giovani Dos Santos, Pato... en fin, con esencia yugoslava Bojan es el futuro de la roja y sólo el primero de muchos que no se apellidarán González, Hernández, Torres, López o Casillas...Su padre, también llamado Bojan Krkic, llegó a España para jugar en el Mollerussa, equipo de 2ª División en la temporada 88-89, habiendo jugado en el Estrella Roja de Belgrado y el OFK Beograd, y habiendo sido internacional absoluto con Yugoslavia. Krkic decidió quedarse a vivir en Lérida y contrajo matrimonio con Maria Lluïsa Pérez, de Lleida. Fruto de esta relación fue el nacimiento del azulgrana. El padre de Bojan Krkic Pérez, que tambien es ojeador del Futbol Club Barcelona es el que recomendo el fichaje de Gnégnéri Yaya Touré, actual jugador culé.
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