Ayer el Real Madrid abrazó la Liga ganando al Villarreal por 3-2 y aprovechando el regalito del Barça en San Mamés. Difícilmente no será campeón el conjunto de Bernd Schuster, que ayer volvió a echar mano de la garra, el esfuerzo y el trabajo en el centro del campo, en que tanto insistió el entrenador de la pasada campaña. Al margen de los goles de Robinho, el acierto de Sneijder y la magia incontestable de Guti, ayer brilló un jugador por encima del resto. Fernando Gago, ése que llegó a Madrid desde Argentina hace dos navidades para aportar soluciones en la zona ancha y que había sido incapaz de hacerlo hasta este momento. El internacional albiceleste se vació, se arrastró para robar balones, se ofreció en la salida del balón y conectó con Guti como pocas veces había ocurrido. Ya en el Calderón la pasada semana, había desplegado un juego aguerrido como buen argentino que es, pero ayer, en el Bernabéu, confirmó que su progresión es toda una certeza y que Diarrá tendrá que sudar cuando regrese de la Copa de África.
Ayer, el pibito Gago, que se creó en la misma escuela de Riquelme o Insúa, dio un salto de calidad. Reconozcan su trabajo igual que cuando reconocieron sus errores.
1 comentario:
gagoterapia. jajajaj gago es un buen player ya lo dice montes
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